Gran celebración del Día de San Sebastián

Fue un espectáculo. Había gran expectación y ganas tras el parón provocado por la pandemia. La celebración arrancó con la cena de la víspera, aunque llevábamos ya una semana de creciente actividad, entre los ensayos de la tamborrada y la preparación del evento.

La cena fue muy donostiarra e internacional a la vez. Nos acompañaron invitados ilustres de cuatro continentes. Crema de bogavante, merluza, solomillo y para terminar un postre de hojaldre. A las 12 se tocó y cantó la Marcha de San Sebastián. Y la Diana, la Retreta, la Polka, el Tatiago y todas las demás. Mucho ruido, alegría y algún baile.

Enseguida, barriles, tambores y cantineras subieron arriba para prepararse para la izada. Una multitud de familiares, amigos y parejas de los participantes esperaban en la calle a que sonara la Marcha de San Sebastián, dando inicio al recorrido de nuestra compañía por la ciudad. El momento fue tan sobrecogedor que nadie se acordó de hacer una buena foto, aunque si este video:

Este año éramos multitud. Muchos jóvenes que salían por primera vez se apuntaron a la fiesta. Y muchos padres con sus hijos. Relevo generacional.

Tras tocar a las puertas del Club, nos dirigimos al Maria Cristina, como viene siendo habitual. El tiempo intempestivo no pudo con la alegría reinante, aunque nuestras abanderadas hicieron serios esfuerzos para no salir volando.

Ya en el Hotel se volvió a bailar otro aurresku al ritmo de nuestra marcha. Y alguna cosa más.

De allí al Club Náutico y después al Bideluze de la plaza de Guipúzcoa. Ya eran las 4 de la mañana cuando los supervivientes retornaron a nuestra sede donde finalizó la gira. Tras tocar las últimas marchas se sirvió un caldo para entrar en calor. Después, el grupo se fue disolviendo entre las brumas de una ciudad lluviosa. Todavía quedaba mucha noche por delante.

Aquí algunas fotos que hemos recopilado: